Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla... Memoria y cultura migrante
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Metadata
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Quiles García, Fernando


Palabras clave
Migración, Memoria, Identidad, Fotografía, Álbum, SevillaPublication date
2020Abstract
En su autorretrato Machado recuperó los recuerdos de infancia que le llevaron a ese remanso de paz donde maduraba el limonero. Imágenes que no amarillearon y formaron parte del bagaje que cargó el resto de su vida en tanto hizo su camino (caminante no hay camino, se hace camino al andar), el mismo que concluyó en la amarga soledad de su exilio de Collioure, el miércoles de ceniza, 22 de febrero de 1939, lejos, muy lejos de su patio andaluz. Salvando las distancias, quien estas páginas escribe también tiene entre sus recuerdos más lejanos, situados en la borrosa infancia, un limonero y un patio, donde mansamente discurrían las horas. Horas consumidas en ensimismada complacencia, entre rosales y jazmines, una naturaleza figurada entre macetas y arriates. Ajeno a un futuro que traería consigo el abandono del pueblo y -lo más emotivo- los rincones de la infancia. Más de medio siglo después los recuerdos siguen vivos, no así el árbol ni tan siquiera una parte de la familia que participó ...
En su autorretrato Machado recuperó los recuerdos de infancia que le llevaron a ese remanso de paz donde maduraba el limonero. Imágenes que no amarillearon y formaron parte del bagaje que cargó el resto de su vida en tanto hizo su camino (caminante no hay camino, se hace camino al andar), el mismo que concluyó en la amarga soledad de su exilio de Collioure, el miércoles de ceniza, 22 de febrero de 1939, lejos, muy lejos de su patio andaluz. Salvando las distancias, quien estas páginas escribe también tiene entre sus recuerdos más lejanos, situados en la borrosa infancia, un limonero y un patio, donde mansamente discurrían las horas. Horas consumidas en ensimismada complacencia, entre rosales y jazmines, una naturaleza figurada entre macetas y arriates. Ajeno a un futuro que traería consigo el abandono del pueblo y -lo más emotivo- los rincones de la infancia. Más de medio siglo después los recuerdos siguen vivos, no así el árbol ni tan siquiera una parte de la familia que participó de las mismas sensaciones. Quiero considerar en esta aportación al libro la importancia de los recuerdos, atesorados en la memoria, por lo que representan para la salvaguarda de la identidad y las esencias culturales de la colectividad.