Propuesta de una medición cualitativa de resultados : el caso de Hábitat para la Humanidad
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Vargas Ruiz, RodrigoPalabras clave
ViviendaPolíticas públicas
Derecho a la vivienda
Publication date
2013Fecha de lectura
2013-01-14Abstract
La necesidad de vivienda adecuada en el mundo nunca ha sido más urgente. Más de 1.6 mil millones de personas carecen de una vivienda segura, duradera y asequible, y las comunidades y naciones del mundo requieren urgentemente la estabilidad y esperanza que el acceso a la vivienda adecuada puede ayudar a fomentar. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, Los países de América Latina y el Caribe son los más urbanizados del mundo en desarrollo. No obstante el hecho de que a lo largo de las últimas dos décadas se ha registrado un progreso significativo, la vivienda de muchos habitantes de las ciudades de la región es todavía precaria. De los 130 millones de familias que viven en las ciudades, 5 millones están obligados a compartir vivienda con otra familia, 3 millones residen en viviendas irreparables y otros 34 millones habitan en inmuebles que carecen de título de propiedad, agua potable, saneamiento, pisos adecuados o espacio suficiente. Muchas de estas viviendas, e incluso aquel ...
La necesidad de vivienda adecuada en el mundo nunca ha sido más urgente. Más de 1.6 mil millones de personas carecen de una vivienda segura, duradera y asequible, y las comunidades y naciones del mundo requieren urgentemente la estabilidad y esperanza que el acceso a la vivienda adecuada puede ayudar a fomentar. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, Los países de América Latina y el Caribe son los más urbanizados del mundo en desarrollo. No obstante el hecho de que a lo largo de las últimas dos décadas se ha registrado un progreso significativo, la vivienda de muchos habitantes de las ciudades de la región es todavía precaria. De los 130 millones de familias que viven en las ciudades, 5 millones están obligados a compartir vivienda con otra familia, 3 millones residen en viviendas irreparables y otros 34 millones habitan en inmuebles que carecen de título de propiedad, agua potable, saneamiento, pisos adecuados o espacio suficiente. Muchas de estas viviendas, e incluso aquellas cuyas condiciones son satisfactorias, están situadas en barrios que carecen de facilidades urbanas básicas como transporte público, parques y hospitales.¿ (BID, 2012: 1). En las áreas rurales, si bien es cierto la situación de vivienda inadecuada tiene algunas similitudes con las áreas urbanas, debido a la dispersión de la población y en algunos casos al aislamiento, la infraestructura básica y los servicios públicos se tornan costosos o a veces no existen, aumentando el grado de vulnerabilidad a los problemas sociales. Es en esta realidad que Hábitat para la Humanidad (HPH) desarrolla su trabajo para alcanzar la misión que se ha propuesto en el nuevo Plan Estratégico 2014-2018: convocar a la gente para construir viviendas, comunidades y esperanza, y así demostrar el amor de Dios en acción. Si bien es cierto se convoca a la gente para construir vivienda, no es para construir cualquiera sino vivienda adecuada. Ésta, según la Observación General Nº4 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, está compuesta por diversos aspectos concretos que, en conjunto, constituyen las garantías básicas que se confieren jurídicamente a las personas en el derecho internacional. El primero de estos aspectos es la seguridad jurídica de la tenencia y que refiere a que todas las personas deben tener cierto grado de seguridad de tenencia que les garantice una protección legal contra la evicción, el hostigamiento y otras amenazas; de esta forma, los gobiernos deben adoptar medidas destinadas a conferir seguridad legal de tenencia a las personas y los hogares que carezcan de esa protección. El segundo aspecto considera la disponibilidad de servicios, materiales e infraestructuras, dado que todas las personas deben tener acceso permanente a recursos naturales y comunes, agua potable, energía para cocinar, calefacción y alumbrado, instalaciones sanitarias y de aseo, almacenamiento de alimentos, eliminación de desechos, drenaje y servicios de emergencia. El tercero llama la atención acerca de los gastos de vivienda deben ser soportables y de un nivel que no comprometa la satisfacción de otras necesidades básicas. De esta forma, debe buscarse la creación de subsidios para quienes no puedan costear una vivienda y proteger por medios adecuados contra aumentos desproporcionados en los alquileres. La cuarta condición expone que la vivienda debe ser habitable, es decir, debe ofrecer espacios adecuados a sus ocupantes, protegiéndoles del frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento y otros peligros para la saludos, los riesgos estructurales y los vectores de enfermedades; también se debe garantizar la seguridad física de sus ocupantes. Como quinto aspecto se tiene que la vivienda debe ser asequible, concediéndose especial atención a aquellos grupos en situación de desventaja un acceso pleno y sostenible a los recursos adecuados para conseguir una vivienda, garantizándose una cierta prioridad a grupos menos favorecidos como las personas adultas mayores, los niños y las niñas, las personas con alguna discapacidad, las personas enfermas o con problemas médicos persistentes, las víctimas de desastres naturales, las personas que viven en zonas en que suelen producirse desastres, entre otros grupos. El sexto aspecto considera que la vivienda debe encontrarse en un lugar seguro que permita el acceso a centros de empleo, servicios de atención de la salud, guarderías, escuelas y otros servicios sociales. La vivienda no debe construirse en lugares contaminados ni en la proximidad inmediata de fuentes de contaminación que pongan en peligro el derecho a la salud de las personas. Finalmente, el séptimo criterio propone la adecuación cultural de la vivienda. Esto quiere decir que la manera en que se construye la vivienda, los materiales utilizados y las políticas en que se apoya deben permitir una adecuada expresión de la identidad cultural y la diversidad de la vivienda. Las actividades vinculadas con el desarrollo o la modernización en esta esfera deben velar porque no se sacrifiquen las dimensiones culturales de la vivienda. Para la implementación de este nuevo plan estratégico y cumplimiento de la misión respecto de la vivienda adecuada considerando los aspectos anteriores, el enfoque de desarrollo se basa en tres pilares. El primero es que Hábitat considera que su trabajo es exitoso cuando hay vidas que han sido transformadas y se ha promovido un cambio social, económico y político positivo y duradero en las comunidades. Una transformación auténtica cambia la vida de todas las personas que participan: quienes necesitan vivienda, las personas voluntarias, las que abogan por la causa, los donantes y quienes trabajan en el campo del desarrollo. El segundo pilar es la importancia de comprender la vivienda como proceso y como producto para crear un impacto duradero en las familias y las comunidades. La vivienda como producto mejora la salud y el bienestar de las personas, permitiendo que dispongan de más tiempo para otras actividades de suma importancia para el desarrollo personal y la generación de capacidades y oportunidades, mejorando los ingresos y la educación, elementos esenciales para romper el ciclo de la pobreza. La vivienda como proceso se enfoca en construir cohesión comunitaria que conduce a un cambio sistémico más amplio, reduciendo la vulnerabilidad ante el ciclo de la pobreza. HPH ha construido viviendas, comunidades y esperanza a través de un compromiso directo de casi cuatro décadas y, partiendo del nuevo plan estratégico, busca incidir en la disminución del déficit de vivienda adecuada a gran escala actuando en tres esferas de influencia que están interconectadas: comunidad, sector y sociedad. Con claras acciones en estas tres esferas, busca facilitar mejoramientos para un número suficiente de personas en un número suficiente de comunidades, de manera que el público entienda la necesidad y el potencial de un cambio comunitario. Eso, a su vez, conduce a que exista un mayor compromiso con las soluciones habitacionales, apoyo al desarrollo de mercado, y demanda de políticas y sistemas que creen nuevas oportunidades para quienes no cuentan con una vivienda adecuada. Para tener impacto en la comunidad, HPH considera que los cambios comienzan mediante un compromiso continuo y directo con las familias y comunidades, demostrando lo que se puede lograr cuando las personas de todos los segmentos de la sociedad trabajan juntas para atender la problemática de la vivienda inadecuada. En cuanto al trabajo en el sector (mercados, políticas y sistemas), se busca influir en la forma en que otros actores de los ámbitos público, privado y de las organizaciones sin fines de lucro, piensan acerca de los temas de vivienda y con cómo abordarlos. Promoviendo enfoques que ayudan a las familias de bajos ingresos en la búsqueda de sus propias soluciones, HPH trata de mediar en el mercado para que tanto el financiamiento como los servicios y productos que contribuyen a mejorar las condiciones de vivienda sean accesibles para las personas pobres. Dado que las políticas públicas son esenciales para el acceso a la vivienda adecuada, se presenta el desafío de promover políticas y sistemas que eliminen restricciones que contribuyen a mantener la pobreza y la vivienda inadecuada. Respecto del trabajo en la esfera social, Hábitat aumenta su capacidad de sensibilización en el tema de la vivienda adecuada como un elemento crítico para romper el ciclo de la pobreza, motivando a que personas voluntarias alrededor del mundo se involucren en la causa. El aporte del voluntariado no solo contribuye a levantar paredes sino que también apoya los cambios en políticas y mercados, conllevando al logro de un mayor impacto. Así las cosas, la conjunción de todos estos elementos es lo que mueve el trabajo de Hábitat para la Humanidad, entendiendo a la vivienda adecuada como una de las plataformas para la vida. De esta forma, se convierte en tarea fundamental para nuestra organización dar cuenta de cómo los objetivos planteados se van cumpliendo, de los resultados que se van alcanzando y de cómo se mejoran las condiciones de vida de las personas. Hacer esa medición de una forma que supere la visión meramente cuantitativa y orientada al desempeño, es el reto que se ha decidido asumir con esta investigación.
Descripción
Programa de doctorado en Desigualdades e Intervención Social (3ª ed.)
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